Técnica quirúrgica para una colecistectomía laparoscópica segura
Paso a paso de la colecistectomía laparoscópica segura. ...
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11/09/2024 | 94
25/01/21 | 1406
Objetivo
La estimulación está indicada en la mayoría de los cuadros de dolor neuropático refractario. La indicación más frecuente es el dolor tras cirugía de espalda
Metodología
Video descriptivo de la técnica en quirófano
Descripción
El uso de la electricidad para el alivio del dolor, está documentado por primera vez en Grecia alrededor de 63 a. C.. Scribonius Largus describió que el dolor de la gota cedía al pisar el pez globo. A lo largo de la historia científicos han estudiado las propiedades terapéuticas de la electricidad, y sus aplicaciones en diversos campos médicos.
La neuroestimulación contemporánea irrumpe en la década de los 60´, con la publicación en 1965 del artículo de Melzak y Wall: Los mecanismos del dolor: Una nueva teoría. En esta publicación se describe la teoría de la “puerta de entrada”. A través de la estimulación de fibras gruesas (vibración y propiocepción), se activa una inhibición antidrómica de la transmisión de fibras finas (dolor y temperatura) al cerebro.
La estimulación medular consiste en el implante de un electrodo en el espacio epidural, que conectado a un generador de impulsos, genera un campo eléctrico que estimula los cordones posteriores cerrando la puerta de entrada al dolor. Se trata de una técnica intervencionista avanzada con muy buenos resultados en patologías con mala respuesta a tratamientos intervencionistas como el dolor tras cirugía lumbar, el síndrome del dolor regional complejo, dolores neuropáticos de toda clase y dolor vascular tanto por enfermedad arterial periférica como en la angina pectoris.
En la última década se ha introducido el implante de electrodos para estimular directamente el ganglio de la raíz dorsal (en inglés dorsal root ganglion o DRG). Este target ha demostrado superioridad en patologías en las que hay un nivel radicular afectado y en el síndrome del dolor regional complejo. Además ofrece ventajas en cuanto al ahorro energético puesto que el consumo de electricidad para estimular el DRG es menor que la estimulación de cordones posteriores.